Sucede que a veces
la risa no brota
como el agua,
y pienso en mi muerte .
Y disfruto planeando mi entierro
con música y aguardiente
para espanto de mi familia
tan elegante ellos,
tan en su sitio.
Pero es mi muerte
y yo decido todo.
Sonará la música a todo volumen
cantarán , bailarán mis pocos amigos.
Me iré al otro mundo feliz
como no lo fui en la tierra
en una fiesta , en una carroza de flores
que hará temblar el cementerio de tanto baile,
de frenesí y desenfreno.
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