Se que tu nombre abrasa mis labios,
que apareces en sueños y cohabitamos en el pecado.
De ti no puedo huir,
ni todo el desierto me aparta del sabor de tu piel,
del calor de tus besos.
De ti no huiré.
Te amaré en la soledad del desierto,
serás la lumbre que encienda mis noches.
De día , acompañarás mi ruta.
Como ha sido siempre,
en silencio.
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