Si sales a la calle por poco que sea, báñate,
lávate profundamente.
La desesperanza baila en los ojos de los desconocidos
y se contagia.
En los señores que hacen la cola en el banco,
en la mujer que protesta.
Regresa pronto, muda de ropa, pasa alcohol por tu cuerpo,
descansa.
Al día , guarda cama por precaución y lava tus ojos nuevamente.
Estarás a salvo, pronto.
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