Sal al bosque, respira profundo , corre, trota, camina o arrástrate si ya no eres la deportista de antes,
pero aprecia la naturaleza, lleva en tus prendas la fragancia intensa de los árboles.
Al sol, entre flores y tendida sobre la yerba se curan los ataques de desesperanza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario