Nunca dejes la puerta de tu casa abierta.
Espíritus malignos la rondan, acosan, quieren poseer
con sus uñas larguísimas inocular el virus de la desesperanza,
debilitar con sus garras tu espíritu de lucha.
Beber la fuerza de tu alma, el coraje.
Nunca dejes la puerta de tu casa abierta.
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