La desesperanza es el cáncer del espíritu.
Ataca a aquella almas cansadas, en el momento preciso.
Yo aprendí a levantarme como un león y darle zarpazos mortales.
Ahora acompaño tus pasos , enfrento a esa maldita sin discutir,
Cuando quiere volver, clavo el puñal escondido en mi corva.
Sonrío, pateo el cadáver entre las plantas, tú no lo ves .
Así día por día es la lucha contra el espíritu maligno.
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