Emprendí mi marcha por el desierto por un imperioso deseo de estar sola.
escuchar el silencio, el viento acariciando mi rostro, golpeándolo.
La arena entre mis dedos, mi cabellera , caminar desnuda,
las noches tachonadas de mil estrellas .
La libertad de ir sin un destino, escuchando las olas romper contra la playa.
El sol besando mi cuerpo.
Yo sintiendo renacer mi cuerpo de hembra al calor del camino.
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