No diré que lo he olvidado,
pues es falso.
Por él, cambió la historia de mi vida.
Cargo el odio de mis hijos,
de un hombre bueno
que por despecho enriqueció.
Yo aprendí la palabra coraje.
Logré, me enorgullezco haber superado
ese dolor que me partió en dos el cuerpo.
Aquí estoy, pegada a su sombra
en medio del desierto sin miedo a sucumbir
a sus palabras .
Es buena compañía, son recuerdos felices.
Cuando llegue a mi destino,
desaparecerá, como se fue aquella noche,
solo que esta vez,
seré yo, quien huya de él.
Hasta la próxima vez.
Nuestros destinos están unidos.
Es imposible separarnos por siempre.
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