No dejes la puerta abierta,
cierra tus ventanas.
La desesperanza se filtra invisible bajo las rendijas
o como el polvo que trae el viento.
No limpies como una desesperada.
Retira únicamente la película viscosa de la suciedad.
Aquella que brilla entre las partículas.
Es el soplo del demonio.
Y guarda silencio absoluto.
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