En aquél lugar, ella vestía arreboles y escarchas de sol sobre su cuerpo desnudo .
Nadie se ofendía, todos la admiraban.
En su tierra quieren lapidarla por gozar de la bendición del sol.
Así son los hombres y las mujeres de su tierra.
Una lástima por ellos.
Ella sigue su camino feliz a la playa.
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