Desafiante y con una sonrisa
enfrento a aquellos seres pequeños.
Un grupo de habitantes
que juzgan , condenan y dictaminan la vida ajena.
Nunca salieron de sus cómodos sillones
jamás soñaron un cielo diferente
ni imaginaron un mar de colores diferentes.
Nunca conocieron el esplendor de la pasión en el asfalto,
los besos de muchachos de otros colores,
una atracción sexual arrebatadora.
Les dió miedo, asco
No se atrevieron.
Es su problema
No el mío.
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