Contemplo tu cuerpo gigante y mi deseo se enciende, se humedece esa flor carmesí, mis caderas oscilan inquietas, cobran vida propia.
Tú aún no me ves, pero sientes mi olor a hembra excitadaa, y con una garra tomas mi cuerpo de venada hacia tus fauces. Mojas tu nariz, tu lengua en mi pubis mientras trato de gritar más bajo.
Es una hoguera deliciosa en la que me quemo, me derramo , y alcanzo el placer infinito ,
A tu vera duermo satisfecha, en un momento seré yo quien te complazca.
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