Cobro la forma de un venado y corro en torno tuyo, extraño amante.
Besas mi cuello, mi lomo, y cuando vas a hacerme tuya, vuelvo a ser la humana, que te venera.
Me tiendo a tu vera, y ágil me siento sobre tu cuerpo. Me meneo hacia atrás , hacia adelante,
como te enloquece, y no paro hasta el bufido final.
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