Trepo a la copa del árbol más frondoso del bosque.
Desde la altura, grito mi protesta hacia a aquellas personas que juegan
con mi ingenuidad de poeta .
Los poetas somos delicados como flores, perdemos los pétalos con cualquier viento malo.
Tengan cuidado, hombres malos con engañar a una poeta.
La pena nos mata.
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