Huí de casa para no escuchar las noticias diarias en la voz pastosa del locutor,
adiviné que sus proclamas escondían mentiras gruesas en palabras altisonantes.
No lo soporté y escapé al bosque a escuchar el canto de las aves y vivir la verdad
de la naturaleza cuando estalla en luces y encuentro a mi extraño amante.
El tampoco miente. Me toma entre sus garras sin pedir permiso yo abandonada al deseo
lo amo y alcanzo el placer supremo que ningún humano supo procurarme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario