El bosque aún soñaba cubierto por las dulces mantas de la oscuridad.
Todo era silente , el alba clareó y las aves iniciaron su sinfonía diaria.
Un árbol de grueso tronco sedujo mi atención.
Lo abracé , sentí su sonrisa y un bienestar nuevo me embargó.
Me hice uno con él.
Ahora soy árbol, las aves anidan en mis ramas y cantan tiernas melodías de amor.
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