El dialoga conmigo con la mirada
el calor de sus poros dice mucho más que tres o quinientas palabras
aún él viva en el cielo radiante de sus recuerdos fantásticos,
verdaderos e increíbles,
está a mi lado,
yo a su vera
en un verdadero y real acto de amor
diario y profundo.
Conozco su caminar,
él goza mi risa demente
estamos seguros de ser un ser único
partido en dos,
los mismos huesos, sus dolores
las alegrías nos hinchan el pecho al mismo tiempo.
Y este sábado de verano es dichoso
manso y dulce como la paz más exquisita.
la vida feliz que no saboreé hasta su arribo.
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