Sé de la tortura de tus rodillas quebradas,
de tu pobre andar
y comprendo,
con verdadero dolor
la razón de tu sonrisa perdida en algún lugar lejano
la tristeza de tus días
los largos silencios mirando un pasado feliz
tus veranos interminables
Tomo asiento a tu lado,
beso tu boca como antes
y sin decir nada
juro llevar contigo el pesado madero de tu martirio
hombro con hombro
aún llueva o el sol calcine mi cuerpo.
Es por el hombre que amo y me hace feliz hace ya 10 diez años .
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