Son noches de verano , de perfumes intensos como ésta, cuando recuerdo a mi madre.
Eramos poco afines, salvo la pasión por los libros y las fragancias del jardín que ella cultivaba con verdadero primor que nos uníamos en largas charlas.
Ella me explicaba la mezcla entre el adorado jazmín y el galán de noche y su maravilloso perfume, que vuelvo a sentir hoy, como si ella saludara desde el cielo.
Agradezco sus enseñanzas en lecturas, su cultura de doctora en letras y abogada pero en especial sus secreto dominio de los aromas de las plantas de verano al anochecer.
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