A tus pies, soy de cristal y de carne, mis senos están vivos y claman, lloran deseos.
Nada deseo , ni más sueño que volar entre tus garras al cielo de la dicha eterna.
Tómame, hazme tuya ya mismo, desgarra la delicada piel de muñeca que me envuelve,
aplaca mis entrañas.
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