Desnuda, herida de palabras que no brotan
deambulo por calles y callejuelas
en pos del río ,
que una vez fue mío.
Aquél que manaba de mis labios ,
y escupía letras como clavos,
Ahora seco como la piedra,
lloran mis ojos ante el papel
que vio bailar mis letras,
que vio su ocaso.
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