Apura , abre la puerta,
la sangre hierve en mis venas ,
burbujea apunto de estallar.
Debo ir en pos de él,
entregarme a su abrazo,
sus garras en mi carne,
desesperada olisqueo en la noche.
Rugo con la fuerza de una leona en celo,
aparece a mis pies y emprendemos la huida hacia el follaje.
Un coro de rugidos y gruñidos se escucha a la redonda.
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