Apura el paso,
no voltees el rostro,
al llegar a la cima del monte,
expulsa tus demonios
todos tus fuegos por los ojos, tus poros
con toda la fuerza , por tu boca, los cabellos.
Lava tu cuerpo en el agua helada del río,
no des lugar a la fuerza maligna en tu ser.
Ni un minuto más.
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