Me hinco en el suelo.
Alrededor mío, unas velas.
Inicio el rito para echar fuera a aquellos seres malditos,
a aquellos que mienten por dinero.
Cuán miserables son,
mantener una falacia solo por algo material.
Las velas chisporrotean,
Son altas velas que compré en mi viaje al norte.
En estos momentos, te alejo de mi, maldito.
No pienses, no vuelvas, no llames.
Nunca más.
Apago una a una las velas.
El embrujo surte efecto.
Me siento ligera y poderosa.
Despliego las alas ,
echo a volar por un cielo intensamente azul.
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