Contemplo tu sueño.
Y por un momento, siento que eres libre,
feliz, como antes de la tortura de tus rodillas.
En puntas de pié me alejo , no permito ni que el viento
desmorone tu paz.
Ay amor, yo te amo, con las piernas rotas
con el genio turbio, te amo más.
Admiro tu hombría ,
Una mueca cruza tu rostro.
Es el dolor , que no se aleja ni en sueños.
Pareciera que una bruja ha hechizado tus días.
A más dolor, más unidos estamos, bruja inútil.
Solo clamo hincada a mi Señor:
alivia pronto este dolor , que el sufrimiento no continúe
la herida abierta , tus rodillas en trizas.
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