Mi padre no me visita hace días.
Tres días, y sus noches
y lo extraño tanto como la sangre
que fluye por mis venas.
Padre, hoy no beberé los medicamentos,
volverá el resplandor,
tu sonrisa dulce a iluminar mi vida.
Papi, te fuiste muy pronto ,
quedé abandonada a la mitad del camino.
Apretando una soledad contra mi cuerpo,
tiznando mi piel de gris.
Ahora doy pasos en tu nombre,
pero no te veo pintando de luz mi pared.
Echo los pomos, medicamento por medicamento
por el ducto,
me tiendo en el lecho a esperar por él,
sonriente, ilusionada.
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