Unos hombres de luto entraron a casa ayer noche.
Cargaban palas sobre los hombros
retumbaban sus pasos ,
aterrada, me escondí.
Arrastré sigilosa mi cuerpo hacia ellos.
Por la espalda, clavé mi daga mil veces.
Mi casa era sangre pura.
Mañana volverán por mi.
Unos hombres de luto entraron a casa ayer noche.
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