Ven, acércate, estoy desarmada.
En el silencio de este domingo ,
se escucha el graznido de las aves de carroña,
huelen la sangre , que hierve de furia en mis venas.
El desprecio se derrama por mis poros.
No bajes los ojos, cobarde,
quiero que presencies como mi cuerpo
se convierte en una tea ardiente, en un ser endiablado,
un ave oscura de plumas brillantes.
Mi trasmutación de ser humano en el maligno.
Un diablo, que sobrevuela tus sueños desde hoy y para siempre.
Ven , apura tus pasos ,
pateo tu cuerpo de viejo imberbe.
Artista ávido de vil metal ,de aplausos robados.
Con tu cuerpo en mis manos ,
trozo con un cuchillo de carnicero .
tus partes , hasta que no seas más que un muñón.
Te arrojo al acantilado
alimento de perros chuscos, aves de carroña.
Ese es tu gran final , artista eterno, de ego descomunal.
Destrozado , en pedazos, desangrado.
Sin aplausos.
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