Yo no sabía,
no conocía,
a aquellos niños rubios
a quienes entreveía entre sueños.
Eran míos,
cuándo nacieron?
Pobres de ellos,
su propia madre los desconoció.
Su madre estaba aturdida de dolor.
No era ella, era la enferma,
quien los regañaba sin razón.
No tendré la vida entera para explicar el desamor.
Resulta que mi surtidor de amor
estaba seco.
Yo estaba enferma.
Soy insanna.
Mis sentimientos, mis emociones
se nublan y veo, escucho cosas.
que me han dicho no existen
Me piden guardar el secreto terrible,
grave de mi enfermedad.
No me parece importante.
Soy una mujer como cualquier otra
que de cuando en vez habla con su padre,
de cuando en vez escucha el crepitar de las llamas
en la pantalla de su computadora.
Nada más.
La vida azarosa terminó
casi no salgo de casa.
Y si salgo , camino envuelta en tinieblas
para que no me mire nadie ,
y sentirme libre y dueña de la calle.
Esas son mis únicas diferencias con la gente normal.
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