Amor, acaricia mi oído con una melodía,
aquella que yo amo tanto.
No la recuerdo ya.
Extravié su canto en pasadizos angostos,
en noches insomnes,
entre desconocidos,
en sueños.
Canta bajito, susurra ,
que nadie nos escuche.
Vivo rodeada de fantasmas
de nubes pardas,
densas, impenetrables,
más reconozco el brillo de tus ojos,
tu voz, entre la densa niebla,
en la llovizna inusual ,
de este noviembre extraño,
en el mismo olvido,
que habita hoy mi cuerpo.
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