Ovillo mi cuerpo en una esquina.
Cubro mi cabeza con las dos manos.
Las ideas corren a mil por hora.
sin control.
Son bichos recorren mi mente,
se desordenan, chocan entre sí,
Un soplete de fuego atiza mis entrañas.
desesperada, grito.
Estiro las piernas,
regreso a ovillarme ,
como una fiera asustada.
Acezo, la respiración agitada.
Grito por auxilio , chillo
Doy alaridos , me calcino .
Una hoguera arde en mi garganta.
Nadie atiende mi clamor.
Ovillo mi cuerpo en una esquina,
Cubro mi cabeza con las dos manos.
Llamaradas invisibles arrasan mi cuerpo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario