El duerme
El ignora,
no sabe.
ni sospecha,
mis paseos nocturnos
por bosques de recuerdos de vidas anteriores
Momentos duros, alegres, en fin.
El no sabe,
no debe saber,
que deambulo por mares oscuros
pescando peces de colores
para mis poemas y
grito al cielo sordomudo
para llegar a la voz de mi padre,
a sus ojos, y colmar mi alma de su amor.
Y sueño con volar con alas de arcángel
hacia el cielo y traerlo de nuevo, escondido
para mirarlo todos los días de mi vida.
Es mejor no saber que su mujer flota,
vuela sobre la tierra, sin enterarse de nada,
sin importarle nada mas que escribir.
Entonces mi soledad huye.
La sangre fluye poderosa,
Mis labios dibujan una sonrisa inmensa
mientras apilo las letras de este poema.
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