Amor,
Amaneció la mañana diáfana,
promete el estallido del sol.
Un sol tibio que nos alegra.
Amor, recuerdo,
cuando ibas de arriba hacia abajo
era imposible seguir tus pasos ágiles.
No tengas pena.
Yo seré tus piernas,
tu día de colores,
la narradora de cuentos
que entretenga tus horas muertas.
Yo te amo cuando no caminas
y cuando logras alcanzar la esquina.
mis brazos son tu sostén.
No te preocupes por mi.
y no me importa la vida
si tú padeces en silencio.
Te amo por tu valor,
esa hombría de macho
que soporta los dientes cerrados
un dolor imposible.
una tortura a cuenta gotas,
Juntos cargamos la cruz de espinas
que la vida, Dios, no lo sé,
nos envió.
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