¿ Y ahora pretendes , amado que sea la señorita ,
de sonrisa leve, , modales mesurados
cuando mi mente arde en llamas ?
Lo siento, mi agobio entró como un bicho
a mi cerebro y lo gobierna.
Hace de mi, lo que quiere,
Y me sopla secretos
susurra al oído, palabras soeces,
otras dulces ,
grito desesperada de saberme atada.
Me horrorizo saber que no domino
mi mente,
Son mis emociones,
mis sentimientos oscuros,
los que tejen telarañas,
sobre mis ojos,
y me impiden distinguir la luz.
¿ Y así pretenden que no proteste
contra mi misma, amado, amigos
contra esta maldita enfermedad,
que me envuelve, me gobierne,
me seduce y me pervierte?
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