Aquellas bestiecillas , si, esas, mueven sus pequeños labios
profieren insultos a grandes voces,
aturden mi mente, tiembla mi cuerpo como un papel.
Quien diría , tan pequeñas y tan malas.
Invaden mi ser , muerden mis pensamientos, roen las ideas.
Mi cerebro es inundado por la sangre de sus mordiscos,
dientecillos filosos y crueles.
Ingresan por mis poros capilares ,gotas de sangre se escapan
y ensucian mi rostro de rojo,
mi ropa, el suelo, las manos son sangre.
Por favor, por un día, no me torturen.
Apilen-se callados en un segmento de mi cerebro.
Descansen , permitan , que yo sueñe con un mar calmo,
que me abracen las olas , me sumerja,
desparezca de la faz de esta tierra,
repleta de bestiecillas malignas.
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