Aprendí a domar mis sueños y caer en la mitad misma de la realidad.
Allí reino, donde viven los mountruos , sus criaturas y los humanos, seres de apariencia apacible
pero cruentos , agresivos .
Subo al lomo de los animales con un látigo y lo amanso.
El hombre es tarea más difícil pero siempre venzo yo.
No tengo más temor.
El mundo y el submundo acatan mis órdenes con pulso de muñeca.
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