Tras los matorrales me esconderé de los malhechores.
Dormiré un rato el sueño robado a la noche.
El canto de un río rumoroso arrullará mi descanso.
Despertaré con ojos nuevos, a escribir poesía
A ti, me debo, Poesía, no escondas tu rostro, ni juegues conmigo.
Tú eres el motivo de mi existir, mi vida misma.
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