No he de escribir hoy nada que tú no sepas.
Hasta el cansancio repito en mis versos,
insisto en frases sueltas dichas al descuido.
Si tú no eres capaz de darte cuenta del inmenso amor
que inunda mis días,
tú estarás perdiendo la mejor oportunidad de tu vida
de ser amado.
Por mi parte, mis manos, los labios se cansaron de amar a un fantasma.
A un ser, producto más de mi afiebrada imaginación, que de la realidad.
Hoy empiezo a olvidarte.
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