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sábado, 23 de julio de 2016

Esta mañana lluviosa y terrible me vestí de coraje ,
encerré a los cobardes bajo llave - ya insultaron toda la noche -
y salí a reconocer aquellas calles, que solían ser mías .
No tenían fragancia. La llovizna la había robado por la noche.
Caminé algunas cuadras haciendo malabarismos entre el suelo fangoso
y mis recuerdos, nada hallé.
Volví a casa, tomé el collarín, apreté la faja del torso, prendí el TV.


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