Cada carcajada lanzada al aire celebraba la vida en su más pura esencia. Tus cabellos color maíz recordaban los atardeceres de verano. Fue tan breve tu paso y lates aún vivaz y feliz entre las cuatro paredes de mi casa. Se enciende el verano cuando evoco tu partida y bailo con tu sombra, muchacho loco, porque no te gusta mi tristeza .
Por ello, sigo recolectando tus cabellos mágicos por toda mi casa.
Así te guardo muy cerca de mi pecho y tú , iluminas, estío eterno las paredes de este lugar , que ya es tuyo.
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