Bajó el sol una tarde
y ágil lo tomé entre las palmas de mis manos.
Grabé , eternas circunferencias doradas en cada poro de mi cuerpo.
A cada paso, resplandezco , según la nostalgia de tu risa lejana,
o brillo cegadora evocando tu risa, mi amor de abril, secreto amor.
Hieres en el alma pero no cesas de relucir como el sol que eres .
Solo a mí se me ocurre enamorarse del sol.
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