Soy la mujer que ha perdido la cordura por el deseo de su extraño amante.
Busco entre los árboles, hablo con las aves.
Nadie lo ha visto .
Mi desesperación no cesa, crece con las horas.
Clavo las uñas en mi cuerpo, me derramo en sangre
Es inútil, son sus garras las que me excitan, las que me hacen volar al cielo.
Hoy recorro el camino empedrado del infierno.
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