Musito que prosigas devorando mis senos pero tu bajas a mi entrepierna y con delicada sumisión y te dejas guiar por mis linderos secretos donde crece la orquídea del deseo y todos los placeres posibles. Creo subir al cosmos, morir y renacer para sentir nuevamente el deleite soñado y buscado la vida entera. Así me encadené a tus fauces, a tu deseo y al placer la vida entera.
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