Tendida en la arena , los párpados entreabiertos, recibo los rayos tenues del sol.
La música de la mar arrulla mi descanso.
He dejado la locura de las oficinas atestadas de gente , envilecida por la codicia , los jefes prepotentes que claman por más dinero.
Sonreír , caminar sobre tacones imposibles,criticar, espiar, complotar, aspirar a pescar un marido con dinero como una salvación de aquél infierno de enemigos cotidianos.
Todo con alevosía, con la experiencia de años de matar ilusiones.
La gente vive, duerme, ríe , miente , come, habla de soles, dólares, euros.
Huí antes que alguien triture mis huesos para hacer más dinero.
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