Partiste y las aves volvieron a tomar mi cabeza como nido.
Gorriones, alondras azules, palomas cantan y trinan felices
entre mis cabellos.
Camino oronda con mi adorno de pluma coloridas por las calles.
La gente ríe o huye despavorida.
No importa. Ellos no entienden que las poetas y las aves somos familia.
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