Era un peso enorme, no me permitía ponerme en pie ni ver la luz.
Olvidé de a pocos hablar, leer, comer.
Felizmente , la grúa levantó la roca sobre mi cuerpo.
Visto la piel que tiré , peino mis escasos cabellos,
la luz me ciega pero continúo toreando autos y letras.
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