Te conozco hace mucho , cuando el bosque me pertenecía,
y recibía el alba con los trinos de las aves.
Era feliz hasta que lo divisé entre la niebla.
Corría veloz como una fiera
y se esfumabas con la luz del día.
Lo seguía como una amante,
no tenía paz ni sosiego por ese ser de espaldas titánicas.
Hoy lo encontré en el bosque,
tan ágil y fornido, como antes,
huraño y misterioso
como siempre.
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