Una muchedumbre rodea mi casa.
Ellos gritan mi nombre.
Reclaman algo , dicen les debo
No tengo nada, respondo por la ventana.
La muchedumbre crece.
Ellos claman, ellos gritan , ellos exigen.
Un ruido ensordecedor invade mi casa.
Corro al tejado , me arrojo al vacío.
Ellos gritan mi nombre, claman, exigen.
Mi cadáver yace sobre la muchedumbre.
Ellos despedazan cada extremidad, las falanges de mis manos.
Degollan mi cabeza, beben mi sangre con fervor.
Una vez hastiados, parten con el botín a sus casas.
Poca cosa quedó de mí.
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