El Horror es la fiebre
que me consume un día sí y el otro también.
Son los temblores sacudiendo mi cuerpo frágil.
Es el vértigo y las nauseas.
Me amputaron de cuajo la alegría.
Cultivo soledades de flores marchitas.
Es el Horror quien merma mis fuerzas,
me empuja a la cama con sus garras,
succiona mi sangre, mis ganas, devora mis poemas.
Los escupe sobre mi cuerpo llagado.
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