Ingenua de mi, creía librar mis propias batallas.
El enemigo, mientras, me comía viva.
Yo , con los ojos cerrados, creía.
Creer en la amistad, en la lealtad , en la fé, los compañeros,
en esa sarta de mentiras de aquellos,
que ahora dañaron seriamente mi integridad.
Si te llaman, no voltees.
Si te invitan, no asistas.
Permanece en casa, escribe, lee.
Oculta.
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